Buscar

viernes, 16 de diciembre de 2011

ESE HUECO

Faltan horas en el día para poder estar contigo; apoyar mi cabeza en tu pecho y sentirme en el paraiso; y que se me ponga la piel de gallina con esa especie de cosquillas que nunca has sabido hacer.

La casa destartalada y en medio unas zapatillas de color azul. Solo necesito eso. Un llavero partido por la mitad que conforma un todo. Enfadarnos; que me saques la lengua cuando crees que no te veo o que nos riamos de situaciones que solo tú y yo entendemos. ¿Qué más se puede pedir?


A veces que la vida marche bien o mal solo depende de uno mismo. Puedes enfadarte por mil y un motivos, pero lo verdaderamente difícil es reconocer un esfuerzo entre diferentes formas de ser.


No quiero hacer nada, solo necesito que merendemos juntos, discutir por las chorradas del día a día y un mensaje de buenas noches sin el cual no soy capaz de irme a la cama. ¿Es tanto lo que pido?


Alguien me dijo que había encontrado a su chico ideal, que sabía que era él porque entre su pecho y su brazo estaba el hueco de su cabeza. Ahora ya no están juntos...


Quizá no haya existido ese hueco entre nosotros desde el principio pero creo que lo ideal es ir haciéndolo día a día para que poco a poco encaje mi cabeza y nuestros huecos se unan para siempre. ¿Probamos?

SI VA DE CREÉRSELO



Si esto va de creérselo, voy a empezar a hacerlo. Releo lo que yo misma he escrito y por qué no decirlo, me encanta.

Cada sueño, cada sensación, cada olor o canción, cada situación y cada paso de mi vida que he leido en este blog son MIOS. Yo lo he ido haciendo. He escrito y he hecho feliz. Eso es muy importante.

No es fácil creer en uno mismo, y creo que ahí está el problema. Me quedan muchas cosas por saber, pero poco a poco espero ir consiguiendo nuevos objetivos. Poco a poco me iré demostrando que lo que dice la foto es cierto.

Gracias a los que de vez en cuando, me dais un empujoncito.

jueves, 15 de diciembre de 2011

PREPARADA (¡O NO!)



Tonterías o no cada uno tiene lo suyo y no voy a ser yo menos. Aunque no lo luzca (y mejor para todos que así sea) me da pena el pensar que ya no va a ser como era, que tres agujerillos marcaran un antes y un después y que me recordaran que, aunque hasta ese momento no la había apreciado, creo que echaré de menos mi vesícula querida.

En fin, c´est la vie, no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. A falta de 7 días solo me queda decir: preparada (¡o no!) para asumir un nuevo reto en mi vida.

lunes, 12 de diciembre de 2011

HACE 16 AÑOS



Me quedo con el recuerdo de una bicicleta, con el sillón, con los saltos en la pierna simulando un caballito improvisado, con la espera a la salida del cole, con la regañina que aunque muda, no deja de sonar en mi cabeza. Con el diario de Pocahontas, con una boina que formaba parte de ti, con la habitación del fondo, con un cariño que se desprendía en silencio pero que se oía mucho más que cualquier grito. Me quedo con haberme sentido la preferida durante ocho años, con el recuerdo de recordarte, de no olvidarte nunca y con la sensación de que pese a que ya es el doble de tiempo de mi vida sin ti que contigo, has dejado tal huella que no se borrará nunca. Y es que es un lujo sentirte siempre, sentiros a los dos hasta el punto de creer que aún estáis conmigo. De hablar y recordar como si estuvieras sentado en el cuarto de estar, con dos sillas convertibles en un sofá de los más cómodo, de imaginarte apoyado mitad en el mueble, mitad en el armario empotrado. Me quedo con ese video del día de Reyes, aunque ya no sepa dónde está. Me quedo con el recuerdo de recordar lo importantes que habéis sido en mi vida y con la pena de no haberos disfrutado un poco más. Si tuviera que imaginar una etapa feliz de mi vida, seguro que vosotros estarías presentes. Hace 16 años que te marchaste, pero aún no te has ido, y nunca lo harás. Gracias.

domingo, 4 de diciembre de 2011

POR ALGO HAY QUE EMPEZAR



No lo puedo evitar. Escuchando villancicos navideños un espíritu de felicidad invade todo mi cuerpo y me impulsa a escribir tras un parón que era totalmente necesario. Por algo hay que empezar.

Dicen que con el tiempo este espíritu del que hablo va desapareciendo, que la alegría que se siente al ver la calle iluminada o un portal de belén en medio de un pasillo dejará de existir. Y pensaba que había llegado mi momento, pero no. Ha sido escuchar unas repetitivas letras, los acordes de todos los años y la alegría ha salido desbordada por todos los poros de mi piel.

Quiero seguir sintiedo que la Navidad nos hace más felices, quiero seguir riéndome cada vez que de un susto tremendo a mi hermana escondiendome en el armario y quiero tomar las riendas de mi vida. Quizá la Navidad cumpla ese deseo. ALL I WANT FOR CRISTHMAS IS YOU