Buscar

martes, 30 de mayo de 2017

LAS ÚLTIMAS 22 HORAS



Tras una hamburguesa de pollo y dos o tres horas de sueño, todo comenzó en la madrugada del viernes al sábado.

Un dolor inusual me despertó de repente y una marea de sentimientos se desbodaron en todos los sentidos.

Las maletas estaban preparadas desde hace meses, pero por fin parecía que llegaba el momento.

Juntos, SIEMPRE JUNTOS, fuimos camino hacía nuestra nueva vida. Íbamos dos y volveríamos tres. Tres para siempre.

Una vez allí, nos corroboraron lo evidente y aún así no podía hacerme a la idea de lo que estaba pasando.

Una primera exploración para cerciorarse. " 1cm y la cabeza colocada" dijeron.

Un camisón y mil empapadores fueron mis aliados en los primeros momentos en los que la habitación blanca se volvía totalmente negra durante 30 segundos en intervalos de 4 o 5 minutos y un dolor insoportable y desconocido daría lugar a una explosión de amor.

Sueños interrumpidos, un viaje a Extremadura postpuesto, una paella que no llegó a cocinarse... en definitiva, planes truncados de los futuros abuelos y tíos que ejercieron de ello desde las 3:30 cuando una llamada los despertó de madrugada.

Desde ese momento pasé las últimas 22 horas de mi vida sin sentir lo que ahora siento por tí. Las últimas 22 horas sin conocer a la persona que ahora ocupa todos mis pensamientos. Las últimas 22 horas siendo una pareja para convertirnos en una familia. Las últimas 22 horas sintiéndote dentro de mi. Las últimas 22 horas de nuestra antigua vida. Las últimas 22 horas sin conocer el verdadero y profundo significado de la palabra MAMÁ.

Tras litros de suero, epidural, antibiótico y paracetamol, a la 1 am del domingo 30 de abril bajamos siendo uno al quirófano y a los 20 minuto te sacaron de mí.

Nunca olvidaré tu primer  "GAAAA", ni la imagen de tu naricilla asomando por encima de la cortina verde. No pude moverme, ni cogerte, ni abrazarte, pero ya estaba enamorada de ti.

Deseando que todo terminara para volver a verte, llegué aturdida a una habitación totalmente distinta a la que había dejado, y es que la felicidad de los allí presentes era sólo el anticipo del amor que todos sentimos por tí.

Pasaste del pecho de tu padre a mis brazos y me di cuenta de que sí, que eras mío. El mismo que estuvo 40 semanas y dos días en mi interior y 22 horas luchando junto a mí para poder hacer realidad ese momento. NUESTRO MOMENTO.

Pese a las dolorosas perdidas familiares, he sido muy feliz los últimos años. Dejo muchas cosas atrás pero estoy segura de que todo compensa.

Hoy se cumple 1 mes de todo esto. 30 días en los que nos hemos ido adaptando el uno al otro. 30 días que han sido muy difíciles y fáciles al mismo nivel. 30 días en los que el amor que te tenemos ha crecido enormemente.

Desde el primer día te hiciste imprescindible en nuestras vidas y un mes después tenemos claro que eres toda nuestra vida.

Te quiero hijo.
Antonio + Lara = Carlos

" El amor no se divide, simplemente se multiplica"