Una canción, una frase bonita, dormir bien, un rayo de sol, un simple comentario de alguien conocido, un sueño, sentir que alguien te mira, un olor, levantarse con energía... muchas cosas o simplemente una de ellas pueden convertir un día cualquiera en un magnífico día.
LLegar un lunes a clase y sentirse feliz es algo inusual y extremadamente atópico, pero hoy ha sido ese Lunes, el Lunes en el que me he propuesto convertir los lunes venideros, el Lunes en que, a pesar de la carga psicologica que acarrea ver lo lejano que aún queda un nuevo fin de semana, me ayuda a afrontar los demás días con una chispa de ilusión, haciendo que la jornada pase de la mejor manera posible.
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