Distintos contextos convierten a la misma persona en diferentes personas.
Un conocido y más que eso. Nos vemos a menudo y apenas cruzarmos cuatro palabras. Pero encontrármelo en otro lugar, siendo el casi dueño de todo aquello y prestándome todo lo necesario para sentirme bien. Todos pareciamos diferentes aunque eramos los mismos.
Es parecido a la sensación que se produce cuando, por el pueblo encuentras a alguien a quien, si saludas, lo haces desde la distancia. Y luego, ir por el metro de Madrid y al verlo, le das dos besos y te interesas por su vida.
Algo así, aunque con matices, y muchos, ha ocurrido.
Lara luego me cuentas
ResponderEliminar