Cuando salía sabía perfectamente que no iba a estar allí. Es ya mucho tiempo...
Aún así, una pequeña, pequeñísima parte de mi corazón esperaba verlo; la misma parte que me obligó a ir al baño para retocarme el peinado con las manos a sabiendas que no serviría de nada.
A medida que avanzaban mis pasos, la pequeña duda se iba disipando y la razón le hizo una mueca de burla al corazón.
Había salido victoriosa ante una lucha ganada de antemano, pero era una guerra en la que no se quería dejar vencer.
Aún así, una pequeña, pequeñísima parte de mi corazón esperaba verlo; la misma parte que me obligó a ir al baño para retocarme el peinado con las manos a sabiendas que no serviría de nada.
A medida que avanzaban mis pasos, la pequeña duda se iba disipando y la razón le hizo una mueca de burla al corazón.
Había salido victoriosa ante una lucha ganada de antemano, pero era una guerra en la que no se quería dejar vencer.
Tienes que explicarme esta espera. No sé por donde vas
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