Una gran nube ha paralizado todo.
Vivimos el día a día entre prisas, estrés e importantes obligaciones planeadas de antemano que no podemos dejar apartadas, o eso creemos.
Ante el colapso de los aeropuertos, importantes reuniones, funerales de Estado... o visitas a familiares y llegadas al trabajo, han sido retrasados por ingentes cantidades de ceniza en el cielo de Europa.
Vivimos la vida a contracorriente sin darnos cuenta de los medios que tenemos, de todo lo que hay a nuestra disposición y que utilizamos siempre que queremos.
Ahora, algo superior a nosotros y que no podemos tener bajo control ha detenido medio mundo.
La vulnerabilidad es un factor que juega en nuestra contra y ya sea a elevados niveles, como puede ser el despertar de un volcán, o a niveles más bajos , debemos reflexionar sobre el hecho de que no podemos resistir a todo.
Mamá
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