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jueves, 15 de julio de 2010

ECLIPSE

Saber cual es el final pero no querer que acabe nunca.

Sentir una envidia irremediable y, de sobra sabido, irreal pero aún así querer que lo que estás viendo, te pueda pasar a tí.

No querer reconocer la ficción en una película fantástica y querer transportar todo lo ocurrido a un mundo rutinario, simple y absolutamente carente de emociones.

He salido del cine con una sensación realmente extraña. Me ha dejado tocada la película al igual que me dejó el libro.

Digo en tono burlesco que estoy enamorada de Edwar Cullen y es que siempre queremos más, queremos lo que no tenemos y vemos que lo que ya es nuestro no es suficiente.

Se que es fantasioso e inverosimil y aún así me gustaría creer que algo así pudiera pasar en la vida real.

2 comentarios:

  1. quiero verlaaaaaaaaaaaaaa

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  2. Ay Lara....Edward solo existe uno...y los principes azules estan en los cuentos...asi que o nos quedamos con los de carne y hueso..o mal vamos...

    A.

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