QUÉDATE PRENDADO DE MI PERFUME

Quedate prendado de mi permufe.  De mi olor.  Quédate con aquello que te recuerde a mi.  Con una ráfaga de viento que despierte tu sensibilidad.  Todos tus sentidos. 

 Enamórate del desorden de mis pensamienos. Piensa en mi cada vez que veas algo tirado por el suelo. 

Dejame ocupar todo el espacio de la cama.  Y que se asemeje al espacio que ocupo en tu corazón. 

Calienta mis pies aunque estés dormido.  Y besame todas las mañanas aunque yo no me de ni cuenta. 

Vivamos.  Juntos.  Seamos un equipo.  Construyamos un camino paso a paso.  Y cuando uno se desvíe,  el otro lo re dirija.  O quizás no.  O mejor no. Acompañame.  Caminemos juntos por esos desvíos.  Vivamos aventuras que no están destinadas a nosotros.  Descubramos nuevos sentimientos.  Nuevos lugares.  Nuevas sensaciones. 

Dejemos de lado las reglas.  Cambiemos el deber por el querer.  Permitamonos hacernos felices por encima de nosotros mismos. 

Quédate prendado de mi perfume.  Tanto,  que te hagas adicto a él.  En todos los sentidos y con todos los sentimientos.

PARAR PARA PODER SEGUIR

Hasta que paras.

 Y entonces miles de preguntas inundan tu cabeza y se traspasan al alma.

Y  comienzas a dudar.  Dudas de todo,  incluso de ti misma.

Y quieres avanzar pero no puedes.  Algo te lo impide.

Y no sabes explicarlo.  Y tampoco quieres.  Porque en realidad prefieres no indagar en esa herida del alma por si las respuestas que encuentras no tienen nada que ver con las preguntas que te hacías.

Y te sientes culpable por sentirte así.  Porque lo tienes todo para ser feliz.

Y subes a lo más alto para ir bajando de vez en cuando en una a vorágine emocional que te tiene trastocada.

Y sientes alivio.  Y también pena.  Pero no a partes iguales.  O quizás si.  Vuelven esas dudas...

Y tomas decisiones.  Y debes acarrear con las consecuencias.  Pero tu nunca has sido de saber hacerlo.  Siempre lo has tenido fácil.  Y es ahí donde vuelven las dudas. Ahora en una misma.

Cerrar etapas y comenzar  con nuevos destinos.  Parar para poder seguir. En ello estamos...

Una Coca-Cola normal en vaso ancho y con mucho hielo

Perder la noción del tiempo y dudar de cuánto tiempo ha pasado ya. Ir viviendo el día a día,  sin pensar en los demás; simplemente siguiendo una rutina que nos aleja de la realidad. 

Una realidad que en ocasiones nos sacude fuertemente en forma de canción,  de cumpleaños,  de recuerdos de Facebook,  de fotografías olvidadas...  y nos hace recordar.

Y es ahí cuando vuelve a doler.  Cuando eres consciente de que ya no está.  Cuando valoras lo presente que estaba en tu vida,  aunque no fuera en el día a día. 

Y es ahí cuando valoras la importancia de  una familia unida.  El rol que cada uno cumple en esa organización de la que muchas veces renegados pero que nos quiere por el simple hecho de ser. 

Y es ahí cuando das gracias a la vida por tenerlos a todos ellos y también es ahí cuando te enfadas con ella porque él ya no está,  y debería seguir aquí.  Por lo injusta que ha sido en esta ocasión. 

Hoy toca felicitar al cielo y tomarse una Coca-Cola normal en vaso ancho y con mucho hielo. 

Espero que recibas mi regalo,  que parece que te estoy oyendo pidiéndolo gruñiendo como solías hacer.  

FELICIDADES TÍO JAVI