PERSONAS

Si un anuncio de una conocida marca de coches nos hacía ver que en cada viaje hay una historia que contar, imaginar lo que podrían contar los vagones del metro se hace casi imposible.

Miles de pasajeros que viajan en busca ¿de qué? Desde el que va a trabajar hasta el que se va de fiesta. Desde el que va a encontrarse con su primo que acaba de nacer hasta el que se dirige al tanatorio a velar por algún conocido que ha fallecido.

El estudiante nervioso por la recuperación de un examen suspendido en junio. El aspirante a un puesto de trabajo. El abuelo que viaja a por sus nietos al colegio. El trabajador que vuelve a casa tras una dura jornada. La señora que va de compras al centro. Los novios que, nerviosos y emocionados, se reencontraran en un punto para pasar una tarde de enamorados...

Miles de historias que se entremezclan por unos instantes. El tiempo que dura el viaje. Cientos de vivencias que suben y bajan en cada paradas. E historias separadas que se juntan al interaccionar.

¡Qué bueno sería poder saber lo que pasa a nuestro alrededor¡ Y en cambio la sociedad nos ha hecho alejarnos de personas como... personas.