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martes, 8 de febrero de 2011

EL OLFATO


Un olor puesto en bandeja. El aroma de algo tan conocido que asusta por la cercanía que hace sentir. Y es que a pesar de que la nariz es el órgano elegido, casi se puede tocar y sentir de tal manera que se convierte en algo más, en mucho más, que un simple olor.

Una piel, un suspiro, una ráfaga de aire o un simple roce descuidado pueden traernos esos olores capaces de hacernos volar hacia algo conocido y deseado, aunque en el momento no sepamos hacia donde nos llevan.

Olores buenos y malos a los que no damos la importancia merecida aunque quizás se la merezcan.

En fin, pequeños detalles en forma de olores a los que no estaría mal dejar un espacio en nuestra contaminada agenda diaria.

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