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miércoles, 19 de octubre de 2011

TOQUECITO, PARADA...



Toquecito, parada, toquecito, parada, toquecito, parada...Y yo mientras leyendo un periodico entre un bolso a reventar de cosas, la bolsa con el tupper de la comida y la carpeta de apuntes llena de periódicos para buscar noticias sobre educación.

Toquecito, parada, toquecito, parada, toquecito, parada...

De repente levanto la mirada y veo a una señora haciendo punto, algo común, aunque cada vez menos. Me sorprende por el hecho de vivir esa sensación en el cercanías.

Un trozo de tela gris, que a pesar de ser incapaz de descrifrar la prenda que saldría de entre esas largas agujas, me transportó a un mundo diferente. La sensación de niñez se apoderó de mí en cuestión de segundos. Ovillos de hilo, la casa del Osiris, la ventana super alta desde la que mirabamos a un patio interior, la jarrita de agua tapada con un paño viejo, las "pesi-colas", el gran reloj, la pared llena de fotos antigüas. Las Pacas.

Un impás en el camino sujetado por unas agujas de punto que te devuelven a un pasado del que estás seguro, nunca olvidarás siempre que unas agujas en medio de cientos de personas te den toquecitos en la pierna.

Toquecito, parada, toquecito, parada, toquecito, parada...

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