Caminando de un lugar a otro, movida por las obligaciones y las prisas no da tiempo a percartarse de nada.
Viajas en el tren con gente alrededor pero no ves a nadie, no hay nadie junto a tí a pesar de ir en el metro igual que las sardinas enlatadas, y es que en tu cabeza se siguen repitiendo las tareas que aún faltan por hacer.
Sin ser consciente de ello, escuchas conversaciones, das empujones a tus momentaneos compañeros de viaje, rozas las manos apoyadas en la barandilla...
Hoy sin embargo me he dado cuenta de que no era lo mismo. Faltaba algo y no sabía el qué.
Aparcando por un segundo mis pensamientos de los examenes, me he dado cuenta de que el señor que interpreta todos los días las canciones de Disney con su violín, no estaba esta mañana.
Diariamente apenas le presto atención, es un elemento más en mi camino, una constante más. Pero hoy que no estaba, es cuando le he echado de menos.
¿dónde toca el víolín ? en el metro?
ResponderEliminarEl próximo día, ponle unas monedas. Forma parte de tu vida. Cafercam
ResponderEliminarSi, toca el violín en el metro, en Ciudad Universitario.
ResponderEliminarY si, le tendré que echar monedas porque al final voy a dejar de ir tan a menudo por allí...
Forma parte de tu vida y por ello tines que intentar que ahi siga.
ResponderEliminarAsi que como dice Papá echale una moneda y haz que continue siendo así.
Me ha gustado Lari.