Nunca terminas de conocer a las personas. Convives con la gente y el día a día hace que la rutinaria rutina no saque lo mejor de cada uno.
Eso sí, puede llegar un momento en el que notas que algo ha cambiado. No sabes lo que puede ser, pero te lo imaginas. Haces gracias e incluso bromas sobre la nueva situación, pero en el fondo te alegras del cambio.
Si antes querias a esa persona, ahora la quieres aún más y deseas que dure siempre, porque la esencia permanece acentuando las buenas cualidades.
Me ha sorprendido gratamente, me ha gustado este cambio casi imperceptible pero a la vez importante y me ha hecho sentir mejor.
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